Tu banda daría un concierto nuevamente.
El primer grupo terminó, y salió del escenario.
Yo estaba hasta atrás.
Era tanta mi covardía, que permanecí lejos,
para que no pudieras reconocerme.
Me hice creer a mí misma
que la razón de estar en última fila
no era otra que la diferencia de precios en los boletos.
Entonces los encargados desalojaron el auditorio.
Todos tomarían un descanso.
Luego de algunos minutos, las puertas se abrían otra vez.
Pero con un nuevo aviso:
Los lugares disponibles ya no pertenecerían a los antiguos dueños,
y todos los boletos tendrían el mismo precio de admisión general.
Ahora dependía de la audiencia entrar a buen tiempo
y alcanzar una buena locación,
aún cuando el lugar era demasiado pequeño
y tenía -unas bien cuidadas- butacas rojas.
Aquella extraña desición me confundió mucho, pero todos tuvimos que aceptarla.
Entonces algo se apoderó de mí
y me hizo correr rebasando a la gente que luchaba por entrar primero.
Corrí tan rápido como pude
hasta que alcancé aquella barda de la que me prencé fuertemente.
Montones de personas se acumularon a mi alrededor,
todos luchando por estar lo más centrados/adelante posible.
Pero yo no quería estar centrada, no.
No me importaba estar en frente del vocalista.
Sólo me preocupé por mantener mi lugar en primera fila, justo frente a tí.
Entonces apareció tu banda, seguida por gritos y alabanzas del público.
Y ahí estabas tú.
Tal como te recordaba.
Tu cabello lucía hermoso, tan cuidado como siempre.
Una lijera barba cubría tus mejillas. Eso te hacía lucir mayor.
No podía dejar de mirarte.
Pero tenía miedo de que me divisaras... tarde o temprano me distinguirías.
Parecía no importarme.
Todavía no habías puesto atención a las personas,
estabas muy ocupado organizando el cableado y demás conexiones de tu guitarra.
Depronto llegó el momento que tanto esperaba, el momento del que tanto temía.
Dirijiste tu mirada hacia el público, y de inmediato me reconociste.
Nos miramos mutuamente por un instante, y tu expresión cambió inmediatamente.
Ya no estabas felíz.
Te pusiste serio, y desviaste tu mirada hacia tus instrumentos.
Algo lastimó mi estómago. Ese sentimiento fué muy desagradable.
Pero desde hacía tiempo quería aclarar todo contigo.
Así que me decidí a hablarte.
Grité tu nombre.
Tú fingiste no haberme escuchado.
Grité de nuevo.
Y volteaste a verme.
Recordé que no entenderías si te hablaba en mi idioma.
Y de pronto tu lenguaje brotó de mi lengua
tan natural como si lo hablara todos los días.
Mi voz aumentó su volumen,
así como tu expresión decaía.
Y grité aquella sentencia que venía persiguiendo mi mente desde hace tanto tiempo:
— What happened? What's wrong?
Y tú solo me miraste. Con esa mirada perdida, con esa mirada indiferente.
Entonces pregunté:
— Are you angry?
Cuando pensé que jamás me contestarías, unas cínicas palabras salieron de tu boca.
— Angry? Me? Hahaha...
Yo, confundida cuestioné:
— What did I do? Tell me! What did I do?! What happened?
Escuchaba mi propia voz. Sonaba desesperada, aungustiada.
Y tú me contestaste, sin aclarar mis dudas.
— You don't even know what you did. That's the problem.
Quice insistir, pero no me dejaste hablar. Proseguiste.
— You are a selfish person. You only think about yourself.
Lo que dijiste me hizo pensar que efectivamente, algo que yo había hecho te había molestado o lastimado. Pero yo no sabía a lo que te referías, así que continué preguntando:
— But what did I do? Please tell me, I need to know what happened!
Tu rostro entristeció.
— When I was in (*Atlanta???)... It happened when I was in (*Atlanta???)
Eso me confundió más, y reclamé:
— But I am not from (*Atlanta???)!!! I was NOT there!
Y pece a toda la multitud que estaba presenciando nuestra discución, te agachaste y te apollaste en el piso con una mano. Te inclinaste hacia mí, y con la otra mano acariciaste mi rostro. Tu mirada se tornó tan cálida, y tus palabras dichas de una manera suave y lenta...
— I know. I know. YOU are from Mexico. I would... I would never forget you...
Pero después te pusiste de pié y bajaste la mirada. Esa expresión de indiferencia se posó en tu rostro nuevamente. Y yo, con mi desesperación de saber la razón de nuestro distanciamiento, y por volver a lo que antes teníamos, grité una y otra vez que me perdonaras. Aún cuando tu banda estaba a punto de iniciar el espectáculo, aún cuando tu habías retirado tu vista y tu atención de mi, continue gritando..
— I'm sorry, I'm sorry, I'm sorry!!! (**Insertar tu nombre) I'm sorry, I'm sorry (**Insertar tu nombre)! Please! Forgive me, forgive me! I didn't want to do what I did, please forgive me!
(**Insertar tu nombre), (**Insertar tu nombre), (**Insertar tu nombre) I'm sorry...
Sentía mi garganta entrelazada, atada con un fuerte nudo, llevando un nexo con mis ojos, que poco a poco se humedecían. Volteaste a verme y tu expresión regresó a aquella pesadumbre, pero ahora con algo de la desesperación que semejaba lo que yo sentía. Al parecer esa emoción te había contagiado. Te acercaste de nuevo, y justo cuando parecía que ibas a decir una respuesta concreta que al fín arreglaría nuestra situación, el estruendo de los instrumentos detrás de tí retumbó en todo el salón, haciendo imposible escuchar cualquier otro sonido.
La primera canción del show había comenzado...
NOTA:
*Atlanta??? -No recuerdo el lugar, no estoy segura si esa fué la palabra.
**Insertar tu nombre -Reemplazar tu nombre en los paréntesis.